lunes, 14 de marzo de 2011

…pídele al tiempo que vuelva.

De repente se escucha que mi cancel retumba motivo de un balonazo que es proporcionado por unos cuantos vecinos que juegan, que raro pensé, ya tenía mucho tiempo que no veía niños jugar en la calle, me levanto para observar y me llevo una sorpresa, por más que trato de buscarles algún talento no logro encontrarlo, uno de ellos corre con una bolsa de frituras en la mano derecha que no la suelta por nada del mundo, no pasa de los 12 años pero es un chavo regordete que fácilmente rebasa los 80 kilos, otro par de “larguiluchos” que al parecer son hermanos juegan como si de ballet se tratara, no quieren que ni los toquen y para completar la escuadra un arquero que no suelta por nada el celular, ¿será que está actualizando su status en el face?

Definitivamente los niños ya no son como antes o los tiempos, ya no juegan en la calle, prefieren un celular de última tecnología que un balón, los vecinos ya no salen a correrlos molestos por golpear los canceles o los coches estacionados, entiendo la época que vivimos pero recuerdo que nosotros éramos vagos y en el buen sentido de la palabra, éramos unos vagos para jugar esto que a muchos nos vuelve locos.

No nos importaba raparnos las rodillas en el pavimento, ser regañados por doña Marina o incluso que nos quitaran el balón y lo pincharan como el viejo Miyagi (Don José QEPD), aún recuerdo jugar cuadrito los Domingos a medio día o las retas que hacíamos con nuestras porterías de 3 pasos delimitadas con 2 piedras que hurgábamos de las jardineras, que tiempos…

…pídele al tiempo que vuelva.

1 comentario: