lunes, 8 de octubre de 2012

Lindos Guayos !




Se jugaban semifinales y Leo llegó estrenando unos fenomenales zapatos adidas de piel en color negro con sus tres franjas blancas a los costados, aquellos que le había regalado su padre entre semana, esos que no lo dejaban dormir por la ansiedad de calzarlos y derrochar clase en la cancha.

Primer minuto de juego, Leo disputa una pelota en el ombligo de la cancha y al levantar la patita el señor de negro se da cuenta que aquellas zapatillas contaban con solo 6 taquetes, “muy lindas tus botas pero no puedes jugar más con ese tipo de calzado, tienes que salir a cambiártelos” comentó el nazareno.

“Te lo dije, con esos zapatos no te van a dejar jugar y mucho menos en la tierra” exclamaba su padre, pero el chamaco siempre soñó con ponerse unos botines de 6 tacos, creía él que esto le daría una ventaja sobre los rivales, pensó que tendría un plus, creyó que jugaría mejor.

Casi 10 minutos fuera del terreno de juego porque no encontraba quien le pudiera prestar unos tachones de su número, hasta que decidió ponerse unos del 3 siendo que él calzaba del 4. A pesar de estar jugando como gato espinado el plebe dio un buen juego y se logró empatar con un gol de último minuto gracias al gran remate del “bigotes” a centro de Leo.

Ronda de penalties, “¿puedo patear con mis zapatos de 6 taquetes?” pregunta el chaval a quien el árbitro le afirma, le toca abrir la tanda y él muy seguro coge la bocha y solo piensa en mandarla al fondo, 3 pasos de vuelo, arranca, no quita la mirada del arco y...


...¡plop! alcanzó a sacar el disparo a vuelta de rueda a las manos del arquero, aquellos botines le jugaron una mala pasada ya que se jugaba en tierra muy dura como tepetate, ante la mirada triste de sus compañeros y entre risas de los espectadores y rivales, se levanta al borde del llanto y cabizbajo sin quitar la vista de aquella hermosura que llevaba atado a sus pies como si de un par de patines se tratara.

“Cabeza arriba, que ahorita ganamos esto” le decían sus compañeros mientras luchaban por contener la risa.
Se logró ganar desde los 9.15, pero aquel día también se logró una buena historia.