martes, 1 de marzo de 2011

Me la rompo por el juego. (literalmente)

Diego, un jugador que daba todo cuando estaba en la cancha, pelaba cada pelota como si fuera la final de la copa del mundo, siempre iba al choque, barría y metía la pierna, eso sí siempre fiel y leal yendo a la pelota en todo momento y nunca fue un jugador malintencionado.

El futbol comenzó a ser parte importante de su vida, llegando a jugar hasta 5 días a la semana en diferentes equipos, no le importaba donde, ya fuera pasto natural, sintético y hasta en campos de tierra.

Diego siempre tuvo miedo de sufrir alguna lesión fuerte que lo retirara del juego, durante 17 años su pasión por el juego le había acarreado solo algunos daños leves como esguinces, tirones y desgarres que sanaban rápidamente.

Pero el domingo pasado jugando un partido fácil de trámite contra un equipo nuevo que termino con un marcador de 7 – 0 a favor, Diego pide la bola poco antes de llegar a la media cancha, su compañero se la da algo retrasada y al tratar de tomar la #5 su zapato nike en color café chocolate de piel de canguro le juega una mala pasada y se queda atorado como si de una estaca se tratara, ya con el vuelo del cuerpo no pudo detenerse y fue testigo de aquel escalofriante sonido, “trac”.

AGUANTE RESITO!!!

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