Se jugaban
semifinales y Leo llegó estrenando unos fenomenales zapatos adidas de piel en
color negro con sus tres franjas blancas a los costados, aquellos que le había
regalado su padre entre semana, esos que no lo dejaban dormir por la ansiedad
de calzarlos y derrochar clase en la cancha.
Primer
minuto de juego, Leo disputa una pelota en el ombligo de la cancha y al
levantar la patita el señor de negro se da cuenta que aquellas zapatillas contaban
con solo 6 taquetes, “muy lindas tus botas pero no puedes jugar más con ese
tipo de calzado, tienes que salir a cambiártelos” comentó el nazareno.
“Te lo dije,
con esos zapatos no te van a dejar jugar y mucho menos en la tierra” exclamaba
su padre, pero el chamaco siempre soñó con ponerse unos botines de 6 tacos,
creía él que esto le daría una ventaja sobre los rivales, pensó que tendría un
plus, creyó que jugaría mejor.
Casi 10 minutos
fuera del terreno de juego porque no encontraba quien le pudiera prestar unos
tachones de su número, hasta que decidió ponerse unos del 3 siendo que él
calzaba del 4. A pesar de
estar jugando como gato espinado el plebe dio un buen juego y se logró empatar
con un gol de último minuto gracias al gran remate del “bigotes” a centro de
Leo.
Ronda de
penalties, “¿puedo patear con mis zapatos de 6 taquetes?” pregunta el chaval a quien
el árbitro le afirma, le toca abrir la tanda y él muy seguro coge la bocha y solo
piensa en mandarla al fondo, 3 pasos de
vuelo, arranca, no quita la mirada del arco y...
...¡plop! alcanzó a sacar el disparo
a vuelta de rueda a las manos del arquero, aquellos botines le jugaron una mala
pasada ya que se jugaba en tierra muy dura como tepetate, ante la mirada triste
de sus compañeros y entre risas de los espectadores y rivales, se levanta al
borde del llanto y cabizbajo sin quitar la vista de aquella hermosura que
llevaba atado a sus pies como si de un par de patines se tratara.
“Cabeza
arriba, que ahorita ganamos esto” le decían sus compañeros mientras luchaban
por contener la risa.
Se logró
ganar desde los 9.15, pero aquel día también se logró una buena historia.